Galicia
de montes verdes,
cuantas veces te soñé florida,
llena de acacias, narcisos y violetas,
y la fuente del ulla,
regando tus largas riveras,
llenas de verduras y hierba buena.
Y la canción de la fuente,
cayendo el agua en la piedra,
de la carcajada fría del agua,
que ha la pila desciende,
caía el claro rebosar riente.
Y la luna plateada y sonriente,
la besa en la frente,
y al claror del día,
se esconde debajo del puente,
hasta la noche biniente.