De la rioja a Zaragoza
pasando por Calatayud
vi volar una cigüeña,
que salía de su cigueñal
y en su pico llevaba un ramillete,
de rosas blancas,
para la Virgen del Pilar.
Bendita cigüeña,
que rosas blancas
a la Virgen llevas,
a la Pilar, Pilarica,
a la que no quiso ser Francesa,
quiso ser Reina y señora,
de la tierra Aragonesa.
María del Carmen Pallas Seijo