De las seis alas siete,
de la tarde viene la Antonia,
y dice¡
Carmen, salimos a caminar,
y yo contesto,
si, Antonia, me voy a cambiar.
Y a la chicharra del Nicolás,
le digo,
con la Antonia me marcho ya.
Y cogiendo la gorra, y la garrota,
y ringo, rango,
la Carmen, y la Antonia,
por el bosque entre pinares,
paseando van,
en compañía del Chiqui,
y la chicharra de nicolito.
Aulaga, espliego, ratama, romero y tomillo,
encontramos,
y como buenas entendidas,
de sus propiedades hablamos.
Mientras por el camino vamos,
hacia el campo, del trigal,
llenito de amapolas rojas,
y florecitas, blancas de aragal.
Antonia, dice
cuidado, con la vereda,
no te vayas al zarzal,
pues con sus espinas,
te puedes hacer mal.
Mientras, el nicolito dice,
con su afán de opositor,
dice,
déjala que se vaya,
que en el zarzal la quiero yo,
hay que verse ese Nicolito,
que cariño me tiene,
es peor que la Isi,
peleándose,
con el Chiqui, y el Osito.
María del Carmen Pallas Seijo.