Cariño, el divorcio me tienes quedar,
por que el prepucio,
no se te puede levantar,
y tu manguera,
a mi pradera ya no puede regar.
Este ca-chito que tengo en mi rin-cocito,
esta muerte-cito de sed,
y mi macarena,
que esta llorando de pena,
por culpa de esa manguera,
que no la viene a regar .
¿Ay? mi pradera,
que sequita esta ella,
por culpa de la manguera,
que no la viene a regar,
por ese perezoso prepucio,
que no se puede levantar.
Y mi Macarena,
que llorando esta de pena,
que se-quita tiene la pradera,
que tiene en la rinconera,
y la manguera no la viene regar,
por culpa de ese prepucio,
que no se puede levantar,
por eso cariño,
el divorcio me tienes que dar.
Maria de Carmen Pallas Seijo