Erase un día de primavera,
cuando la naturaleza germina,
un día de luna llena,
cuando yo al mundo venía.
Era un treta y uno de marzo,
la luz por primera vez vi,
en la Rua de San pedro,
a las puertas del mes de abril.
El mirlo alegre cantaba,
dándome la bien llegada,
la luna celosa se puso,
al ver que su canto me brindaba,
y el astro sol con sus rayos,
en mi cuna me calentaba.
¡Ay! Santiago de Compostela,
tierra don de yo nací,
mis ilusiones ahí se quedaron,
cuando me marché de ti.
María del Carmen Pallas Seijo.
Poema reconocido como semi finalista en el Centro de Estudios Poéticos de Madrid y publicado en la Antología Vivo sin Vivir en Mi.
reconocida como semi finalista