En una mata de aulaga,
un mirlo su nido hizo,
y con sus espina la aulaga
de sus intrusos, defendía.
Por si el señor cuco,
venía y sus huevos le comía.
Hay?
Que ver ese señor cuco,
que cuco, es el,
que por no dar un palo al agua,
a sus hijos,
criarles, hay que hacer.
Que demonio de señor cuco,
no hay que fiarse de el,
que menos que canta el cuco,
el muy intruso se los comió.
Y el mirlo todo triste,
canciones de pena,
ala aulaga le dedico.
Maria el Carmen Pallas Seijo.