Sentada, en una roca,
en la finca el Guapero,
entre encinares, robles y olivares,
es ta la Carmen escribiendo.
Hay ganado pastoreando,
entre él, el mirlo picoteando,
!Ay¡
suena un cencerro,
un rebaño de cabras se acerca,
unas comen, otras berrean,
y el cuco, con su canto,
al primo Juan Antonio, le alegra.
El primo Juan Antonio,
de tanto trabajo se queja,
y yo le digo, pero no ves,
que estas, rodeado de naturaleza.
De vez en cuando le visita, un que otro jabalí,
algún que otro zorro,
hurones, o comadrejas,
pero eso es la vida en la naturaleza.
Pero el primo Juan Antonio, de tanto trabajo se queja,
no ves, Juan Antonio,
la satisfacción que da
despertarte en el alba,
con el canto de tantos tenores,
los pajaritos,
y al medio día, el chirriar de la cigarra,
y por la noche,el canto en coro de los,
tenores los grillos.
Yo te digo Juan Antonio
que tienes un tesoro,
no hay dinero para pagar
la finca el gua-pero.
Maria del Carmen Pallas Seijo.