»Como dos extraño»

Como dos extraños
en una cama dormían,
y cuando llegaba el día,
en discusiones emprendían,
que dulce compañía la mía,
ella se decía,
o que amarga compañía.

Mas de cuarenta años
en esa feliz armonía
así fueron cada día de su vida,
ella se decía,
será culpa la mía,
o será que se habrá levantado,
con la mañana torcida.

Han pasado juntos, su juventud,
hasta la mayoría,
ahora en su tercera edad
ella piensa
que pena la mía se decía.

Pero su extrañeza era tal,
que el uno, sin el otro,
no podían estar,
así eran todos los años de sus vidas
como dos extraños,
en una cama dormían.

Mucha. P.

María del Carmen Pallas Seijo.

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