Don Azpeita Palomino,
de profesión cirujano,
hoy que está retirado,
no dejo de recordarlo,
cada vez que lo veía,
pánico le tenía.
Debajo de aquellos focos,
en la camilla tendida,
esperando las órdenes,
de don Azpeitia,
que empezara la cometida.
Y, yo ha Dios le pedía,
que no se le fuera la mano,
que fuera del quirófano,
mi familia, me esperaba,
para ir ha celebrarlo.
Gracias don Azpeitia,
don Azpeitia, Palomino,
gracias, por su trabajo,
esta servidora vive,
por que Vd, la ha operado.
Y, gracias, ha todos, que, como,
Vd, han contribuido,
a, que mi salud, se haya restablecido.
En especial don Luis Prieto,
jefe de radiología mamaria,
que fue el que mejor me entendía.
Como de todos no me recuerdo,
quiero agradecerles,
al departamento,
de funcional de mama,
Radio-terapia y Braquie-terapia,
de esta servidora agradecida.
Mucha.P.
María del Carmen Pallas Seijo.
Este poema esta dedicado, a los doctores, que me han salvado la vida, sin su trabajo, hoy no estaría aquí.