Fruto del amor fuiste,
de mis entrañas saliste,
y de mi vientre saliste.
el día que tu naciste,
un lucero nació,
y en el firmamento,
se encontró.
Y yo como buena xangó,
fui y te reclamé,
y a mi vera te encuentras hoy.
Eres mi aliada y mi confidente,
mi razón de vivir yo,
aunque a veces no me entiendas,
eres lo mejor que me paso.
Mucha. P.
María del Carmen Pallas Seijo. a