Te vi,
allá en la lejanía del horizonte,
y sentí,
tu voz que me nombraba,
y mire, y vi,
aquellos ojitos negros,
que en tu cara relumbraban.
Yo,
que mi soledad paseaba,
veía como dos caminos,
se encontraban.
Era un día de otoño,
cuando a bailar me invitaste,
desde ese momento,
con tu cariño y amor,
la vida me llenaste.
Por eso,
cuando aveces, la nostalgia,
me invade. no dejo de pensar,
en aquellos ojitos negros,
que en tu cara relumbraban,
recordando, aque...