Ay! Dios mio, yo decía

Debajo de aquellos focos,

en la camilla tendida,

yo, a Dios, encomendaba mi vida,

ignoraba lo que me pasaría,

por que, después de dos décadas,

terror nueva mente sentía.

 

Todas ellas, de verde vestidas,

y puestas sus mascarillas,

unas con bisturí,

otra con jeringuillas,

y me decían, prepárense ustedes,

que va a empezar la cometida.

 

Ay! Dios mio, yo decía,

si yo salgo de esta, le escribiré,

una poesía,

 

Yo,

hoy que he vuelto a la vida,

quiero darles las gracias a todas, ellas,

mis doctoras, quisiera a todas nombrarlas,

pero, por falta de memoria, sus nombres,

no se nombrar,

y no quiero, ninguna olvidar,

pero quiero decirles

lo agradecida que estoy,

por devolverme a la vida.

 

Yo, no soy poeta,

solo soy una pobre soñadora,

que le gusta juntar letras,

unas con mejor acierto que otras,

pero de esta manera me siento viva.

 

Gracias a todas, y a todos,

que han hecho posible que yo este aquí,

en especial al doctor, Prieto Radiólogo,

y doctor, Gil,y Gil, oncológico

por a verme aguantado dos décadas,

de esta servidora agradecidas.

 

María del Carmen Pallas Seijo.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Connect with Facebook

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.