Azules luceros
que iluminan él firmamento
y, castos rincones,
que veneran al viento.
Entre hojas del del tiempo,
del otoño dorado,
gimiendo él viento,
entre sus hojas doradas.
Y, rumor de nostalgia,
soñando él viejo,
sus gloría doradas.
Llego el otoño,
con su cándido sueño,
se viste de azul, y luceros
el firmamento,
en, aquellos castos ríncones,
donde, él viejo se esconde,
a soñar, sus glorías pasadas
no sabe si reír o llorar.
Mas, él lucero brilla
con, su azul intenso,
mientras las hojas caen
que, las tira él viento.
María del armen Pallas Seijo